Vas por la carretera, camino de un pueblo llamado Cuevas del Agua y, de repente, la carretera se mete en el interior de una montaña, la oscuridad es total en algunos tramos sólo rota por los faros del vehículo; cuando los ojos se acostumbran comienzas a adivinar que estas en el interior de una cueva, no excavada por el hombre sino de esas que hace la naturaleza gota a gota durante muchos cientos de años. Bajas la velocidad para disfrutar despacio semejante espectáculo y, cuando se acaba, estás deseando volver a pasar, andando, despacio....
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